Primeramente, es importante resaltar que la deshonestidad académica implica cualquier forma de trampa ocurrida en relación a un ejercicio educativo formal. Puede incluir plagio, hacer trampa en los exámenes y falsificar datos.
Si bien este es un problema común al que se enfrentan la mayoría de las escuelas y universidades, también es difícil de definir. Esto se debe a que la deshonestidad académica puede tomar muchas formas diferentes, y lo que puede considerarse deshonesto en un contexto puede no serlo en otro.
Para comprender el trasfondo de una situación cada vez más frecuente dentro del ámbito educativo, resulta necesario determinar las clases de deshonestidad académica que existen en la actualidad.
Si bien hay muchos tipos diferentes de prácticas deshonestas, algunas de las más comunes incluyen:
Es el acto de presentar el trabajo de otra persona como propio. Puede incluir copiar las palabras o ideas sin dar crédito, comprar o robar documentos, o bien usar la investigación de un tercero.
Cuando se habla de este tipo de faltas se alteran determinados datos o informaciones. Puede significar el cambio de respuestas en un examen, manipular fuentes o documentos de investigación.
Supone utilizar diferentes medios deshonestos para obtener un resultado favorable. Para lograrlo, se recurre a copiar a otro estudiante, usar materiales no autorizados durante una evaluación, o bien colaborar con otra persona cuando se supone que no se debe hacerlo.
Asimismo, existe la posibilidad de hacer trampa por contrato. En este caso particular, se recurre a pagarle a otra persona para que realice el trabajo académico.
Implica ayudar a otra persona a cometer deshonestidad académica. Puede incluir permitir que otro estudiante copie el trabajo propio, proporcionar materiales prohibidos o bien colaborar con un compañero cuando no se supone.
Es la acción de interferir a propósito con el trabajo académico. En estos casos particulares se pueden experimentar alteraciones en una calificación, impedir que se complete una tarea o dañarla adrede.
Hay muchos factores diferentes que pueden contribuir a la deshonestidad académica. Algunos de los más comunes son:
Los estudiantes pueden sentir la presión de sus padres, maestros o de ellos mismos para tener éxito. Este malestar puede llevarlos a tomar atajos, como hacer trampa o plagiar, para obtener buenas calificaciones.
Muchos alumnos pueden sentir la presión de sus compañeros para copiar en una evaluación y así ser aceptados por los demás. También pueden experimentar la “necesidad” de hacer trampa para formar amistades o simplemente ser tenidos en cuenta por el grupo de pares.
Es posible que algunos estudiantes no sepan que lo que están haciendo se considera deshonestidad académica. Otros pueden simplemente no ser conscientes de las consecuencias que acarrean las prácticas que atentan contra la integridad académica.
Entonces, ¿qué ocurre cuando se cometen este tipo de faltas? Las consecuencias de la deshonestidad académica pueden ser muy graves. De hecho, algunas de estas situaciones pueden desembocar en reprobar la tarea o la clase, recibir una calificación más baja, ser suspendido o expulsado de la escuela, y/o tener un registro permanente de falta académica.
En conclusión, la deshonestidad es un problema grave con consecuencias que escalan dependiendo del centro educativo. Por ello, la franqueza será siempre el mejor camino para alcanzar las metas personales y profesionales, ya que se garantizará una correcta apropiación de los contenidos, apelando a una experiencia de enseñanza-aprendizaje exitosa.
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